La vida se nos rompe.
La vida se nos rompe.
Mientras ignorantes, ignoramos
esos gritos silencios de socorro
que entran por la ventana cerrada
por ese candado egoísta
de nuestra propia felicidad.
La vida se nos escapa.
Cada día mariposas alzan el vuelo
dejando atrás su crisálida solitaria.
Inconcientes de ello no lo vemos
hasta que no nos golpean
con sus alas de escarcha.
La vida se nos marchita.
Estrellas que inertes se oscurecen.
La luz negra roza nuestros ojos
con la opaca venda de la fortuna
Ciegos, ensordecidos y locos,
continuamos nuestra locura.
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